Confía en el Señor con todo tu corazón,
no confíes en tu propia inteligencia.

La religión es lo que evita que los pobres asesinen a los ricos.

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás...

Fe es el deseo de no saber lo que es verdadero.

1 Samuel 15:3

No hay evidencia directa, así que ¿cómo puedes pedirme que crea en Dios cuando no hay absolutamente alguna prueba que pueda yo ver? Yo sí creo en la belleza y en el misterio imponente de la ciencia que hay ahí afuera, que no hemos descubierto todavía, y que hay explicaciones científicas para los fenómenos que llamamos místicos porque no sabemos nada mejor.

Estoy contra la religión porque nos enseña a estar satisfechos con no entender el mundo.

Decir que el ateísmo es una religión es como decir que la calvicie es un peinado, la abstinencia una pose sexual, y no coleccionar algo un hobby.

Pero adivina qué: las guerras religiosas, los jihads, las cruzadas, la inquisición, la censura del libre discurso, el lavado de cerebro a niños, el asesinato de albinos, obligar a las chicas menores de edad a casarse, la mutilación genital masculina y femenina, la lapidación, la pederastia, la homofobia, y el rechazo a la ciencia y la razón, me ofenden a mi.

La única forma que tiene Dios de hablarme es presentándose aquí y ahora, con rayo o sin él, en este cuarto donde escribo y decirme lo que tenga que decir y ya veré si lo atiendo o no lo atiendo, y no mandándome mensajitos contradictorios y confusos en ese par de mamotretos aburridos que son el Antiguo y el Nuevo Testamento. Más el nuevo, la verdad sea dicha, pues el Antiguo por lo menos tiene masacres, homosexualismo, bestialidad, incesto.